La formulación del proyecto formativo que realizamos para Cuba adoptó los siguientes principios:
- Estructura modular de la formación. A este respecto queremos indicar que la elaboración de los módulos ha de ser muy cuidadosa, de forma que no incluyan tareas de dos diferentes niveles de ocupación, ni que contengan tampoco tareas incluidas en otros módulos.
- Confección de itinerarios formativos representativos de las distintas líneas de promoción existentes en el ámbito profesional. El paso de un nivel a otro se realizaría mediante la consecución de los objetivos contenidos en un determinado número de módulos.
- Orientación conductual de la formación. Todos los objetivos deben expresar la conducta que se espera del alumno al final del proceso formativo. Dichas conductas requieren, a su vez, objetivos de conocimientos, destrezas y actitudes. Muchos programas formativos se limitan a establecer objetivos de conocimientos. Y otros, ni siquiera eso.
- Los primeros niveles formativos deben ser una duración corta, no sólo porque se suelen corresponder con puestos de trabajo de no muy amplio contenido, sino porque constituye una etapa selectiva para niveles superiores, en donde la formación debe aumentar en duración y complejidad. Si un alumno de iniciación carece de aptitudes o vocación, es mejor no invertir mucho en él.
- Con la formación modular, se puede llegar al mismo sitio por diferentes caminos. No olvidemos que el proceso formativo ha de cubrir la diferencia entre lo que queremos que un individuo haga y lo que ya está en condiciones de poder hacer.
- La formación es estéril y se pierde si el trabajador recién formado es destinado a un centro de trabajo donde sus jefes son ineptos o incompetentes.
- Hay que aprovechar las potencialidades existentes en personas con formación superior, pero su nivel cultural no les puede suponer un motivo de rechazo al aprendizaje de tareas básicas. En Hostelería, o se aprende la profesión desde abajo, o no se aprenderá ni querrá nunca.
- Utilizar el efecto multiplicador de la formación, convirtiendo, a aquellos profesionales que tengan unas determinadas condiciones, en profesores circunstanciales de sus propios subordinados o de los trabajadores de empresas cercanas. A estos profesionales habría que darles un reciclaje inicial y un pequeño curso de metodología de la enseñanza.
- Elaborar un manual de normas de servicio a fin de que sirviera de guía para todas las empresas de similar categoría. Esto permitiría efectuar controles de calidad tanto de diseño como de concordancia.